Hace unas noches, cuando la luna estaba en su cuarto fase y mientras escuchaba "los restos de nuestro amor" de Fito Páez, entre piano y muchas la, la, la…entre esas melodías y frases de: “Yo puedo beber, puedo deshacer mi alma en un segundo y puedo escribir muy lejos de mi, puedo darte el mundo, mientras te ríes y me haces sentir locas tan absurdos….vas ser feliz, vas a darme a mi, algo de tu sangre. Llegó una preguntona interrogante a mi hemisferio derecho, la cual no tenía buena acogida, pero que igual tuvo respuesta: ¿Cómo es que tendría que ser él?Él »»»
- Que se atreva a brindar conmigo nuestras derrotas y triunfos.
- Que a pesar que no le guste los Beatles y nunca haya escuchado: “In mi life” , sepa abrazarme y acariciarme cuando lo incite a danzar esta suave y delirante canción.
- Que entienda que no me agrada caminar cuando el sol esta en su estado creciente y que prefiero andar, conversar, escuchar, besar, y todas las acciones que terminen en ar, er, ir, cuando la luna y la noche hacen su espectáculo en la oscuridad.
- Que permanezca en silencio, como un budista en reflexión y que grite como barrista cada vez que la ocasión lo amerite.
- Que no piense como Sandi, porque nada seria dinámico entre nosotros.
- Que desaparezca en vez en cuando para poder extrañarlo.
- Que tenga valor, astucia, inteligencia, gracia, uf…, que odie a la muerte.
- Que sepa perder y que no conozca el miedo.
- Aquel que sepa narrar cuentos y que permita enredarme entre sus hombros.
- Aquel que sin tener mis gustos y disgustos, sepa entender a mi indescifrable espíritu.
Dónde, cuándo y a qué hora lo conoceré no lo se´, o si ya lo conocí menos, ¡con lo distraída que soy! …pero me da igual solo es una respuesta a una pregunta que llegó sin invitación y ¡ya!
Todo llega, mientras sigo esperando el despertar de Sofía (a quien le debo mi segundo apellido).
